Restaurante: la Retama

Empezaré por lo malo, que es poco. La decoración es bastante cursi, y las mesas están algo juntas, por lo que tener intimidad es un poco complicado y hay que bajar la voz para no interferir en las mesas colindantes. De resto todo es bueno. El camarero es excelente, simpático, que no confianzudo. Rápido y locuaz. La comida es óptima, toda ella con un punto diferente sin caer en el esnobismo. El cocinero habló al término de la cena con nosotros y... Sorpresa: ¡sabía hablar! Era un tipo simpático, que dominaba su ramo, motivado y emprendedor... El precio es bastante correcto, que no barato. Altamente recomendable.