Muy penoso la comida mal el servicio mal en resumidas cuentas así que para no volver se quiere. Aprovechar de los viajeros
Muy penoso la comida mal el servicio mal en resumidas cuentas así que para no volver se quiere. Aprovechar de los viajeros
Lo peor de lo peor... La comida intragable, nos trajeron el segundo plato del menú sin haber terminado el primero, y ahí lo dejaron, enfriando, y sin recoger los platos del primero cuando acabamos... Una de nuestras niñas vomitó, y ni nos cambiaron de mesa, tuvimos que hacerlo nosotros después de insistir, y después de cambiarnos a la otra mesa, ni servilletas limpias nos pusieron. Y ya no digo que preguntasen por el estado de la niña, pero un mínimo de educación y empatia les vendría muy bien. Se nota que viven de gente que está de paso. En resumen, una pesadilla en el viaje.
Si eres hombre y estas casado, no importa, es tu lugar, ja ja, comida malísima. Servicio pésimo. Positivo limpieza y la vistas desde la calle
2 cuencos, ni siquiera plato, de sopa 10, 40! Con eso digo todo. ... Y desagradables como ellas solas, ni te dicen adios al irte. Unos sin vergüenzas aprovecharse de la gente que va de paso.
Paramos para comer algo rápido porque íbamos de viaje. Preguntamos bocadillo y no tenían pan. Al final 2 sandwiches vegetales básicos, 1 mixto, algo parecido a una tabla de embutidos de mercadona, 2 helados y 2 cafés con un trato bastante desagradable. 29,90 euros. Qué pena paramos porque tenía buena pinta!!!!
Es un restaurante con un trato especial de los que ya no quedan servicio rápido para los que vamos de paso con los niños las chicas encantadoras sobre todo la señora mayor su solomillo de buey exquisito
Restaurante con una atención personal realmente mala, en particular una mujer mayor que había. Preguntado por detalles de los platos apenas respondía con una palabra. El menú deja mucho que desear y para colmo algo más caro de lo común
Si queréis comer bien y a buen precio no dejéis de parar a comer en este restaurante; esta todo buenísimo.
Es fenomenal sobre todo la cortesía de su gerente. Somos una pareja de madrileños que hemos pasado el fin de semana en el pueblo en la casa del sastre comiendo en dicho restaurante el domingo, por cierto lo mejor la chuleta alistana.
La comida está buenísima, el trato deja bastante que desear, buena valoración en general