Fatal, horrible, una comida para olvidar, aunque será difícil conseguirlo... Reservé mesa para 16 personas a las 15:00 hs (12 adultos y 4 niños) y cuando llegamos los camareros no tenían constancia de nuestra reserva. Pedí hablar con los dueños y que alguien me explicara qué había pasado, porque yo había hecho 3 llamadas en total para hacer ampliaciones de comensales sobre mi reserva inicial y en algún sitio tenía que constar, pero no era así, y tampoco vino nadie a darme ninguna explicación. Consulté el libro de reservas y no aparecía la mía por ningún sitio... ¡después de tres llamadas!!! Increíble... Bueno,... Nos prepararon una mesa rápido, para lo cual tuvieron que cambiar de sitio a otros comensales y nos invitaron a sentarnos. Además, me vi obligada a improvisar unas cortinas con servilletas y cuchillos porque... Con razón era el único rincón vacío del comedor!!! No había quien aguantara al sol para ser febrero, muy incómodo y molesto.... Una hora más tarde, seguíamos sin ser atendidos. Para matar el rato, nos acercamos a pedir vasos para poder ir a la kupela y para nuestro asombro no tenían. Solo conseguimos uno!!! Así que decidimos acercarnos a la kupela con la copa de vino que teníamos en la mesa y resulta que no había sidra!!! Bueno, eso era el colmo, porque precisamente el menú incluía kupela abierta. Eso sí, nos sacaron sidra en botella y de eso no me voy a quejar, pero ya no empezamos con buen pie... Como las 16:00 hs seguíamos sin haber sido atendidos, rogué a los camareros que por favor sacaran algo rápido para los niños, que eran los que más nos preocupaban y entonces trajeron 4 bandejas de pan... Y nada más!!!! Hasta tres cuartos de hora más tarde no trajeron el primer plato, que por cierto, hay que decir que las raciones eran escasísimas y todos nos quedamos con hambre. El servicio se desarrolló hasta las 18:30 hs (ni en una boda!!! ) con muuuucha lentitud. Al final acábamos haciendo risas de la situación, pero el mal rato, la espera y el enfado general ante tanta desidia no se nos olvidará. Aún no sé cuál fue el problema, porque a pesar de insistir a los camareros en que alguien nos lo explicara, no vino nadie a dar la cara. Muy mal, la experiencia ha sido nefasta. Nunca he salido tan tarde de una comida y encima con hambre!!! No hay derecho. Para no repetir. Los de la mesa de al lado, por ejemplo, que estaban comiendo a la carta, se fueron sin terminar de comer con un bocadillo que se hicieron con la merluza. Una vergüenza! Eran sobre las 5 de la tarde y aún seguían esperando sus platos!!! Otra cosa que me llamó la atención es que la ubicación es buena, pero está todo muy mal cuidado y en estado de abandono. No creo que tarden en cerrar. Y es una pena, porque tiene aspecto de haber conocido años mejores...