Restaurante: Txoko

Hicimos una comida ana y Miguel y el sitio es excelente con vistas al mar, la comida en relación con el precio es muy buena, el trato y la amabilidad muy buena, es un lugar en el que te sientes muy tranquilo por todo lo que le rodea. Yo recomiendo ese restaurante en un contexto general. Yo pienso repetir.

Es un restaurante muy bueno, con magnificas vistas al mar, el trato excelente, la comida muy buena y el precio en relación a la comida muy bueno. Es un restaurante para recomendar a las personas y vieran in situ el restaurante.

Comida muy buena y servicio excelente. Termine encantado con este restaurante, después de buscar y buscar por toda la parte vieja algún lugar para cenar un día de esta semana grande, encontramos este pequeño rinconcito. El jefe que se encontraba abajo nos comento que tenia a tope el restaurante pero que en 10 mints nos buscaba un hueco, a los 5 mints estábamos en una bonita mesa cerca de la ventana y con vistas al mar. Los camareros se llevaron una propina más que merecida, trato familiar y muy educado. El arroz con bogavante... Im-presionante! Al día siguiente volvimos con reserva y mucho mejor, se lleno en minutos

La comida estaba buena. Pero el servicio deja mucho que desear. La camarera fatal, fatal. Estuvimos 9 comensales y conforme llegaban los platos solicitados la camarera se lo entregaba al que estaba en la cabecera de la mesa para que lo fuera pasando hasta quien lo había pedido. Así durante toda la comida. Fue incapaz de quitarnos los platos del postre para tomar el café, la mesa era un lío de platos sucios, vasos limpios otros que no se habían utilizado, botellas vacías (sidras gaseosas y vino) sin retirar de la mesa etc. Como para no volver. No sólo los que comimos ese día, sino que a quien nos pregunte un sitio donde comer va a ser el primero que digamos donde no ir. Por cierto la citada camera no paro de abroncar a sus 2 compañeros mientras estuvimos allí y ella era incapaz de recoger nada, lo poco que nos quitaron de la mesa fueron los camareros. Fácil se gana el sueldo, sólo hacía mirar.

El servicio deja muchísimo que desear. Reservada la mesa, por la que tuvimos que esperar 50 minutos y, tras comer un par de pintxos en otros tantos bares de la parte vieja, nos sentamos y pedimos algo ligero. Ya el que nos coge la nota, al ver que vamos a comer un plato cada uno (2 ensaladas y arroz con bogavante para 2) y que las 2 niñas, con el hambre pasado, no piden nada, tuerce el morro. Al rato viene el que se supone es uno de los dueños y, entre dientes, murmura que bien, muy bien, que a 0,65 € por persona, perfecto. Preguntado que es lo que estaba murmurando, se limita a decir: " está bien, si es lo que que queréis, de acuerdo", con rintintín, claro está. Para remate, la chica (siendo generosos), nos atiende de manera muy poco agradable. La verdad es que el servicio no hacia justicia ni a la comida (buen arroz con bogavante), ni a las maravillosas vistas de la bahía donostiarra.