opiniones sobre el Restaurante Rompicapo

El sitio está mal para ir con niños pequeños. Es demasiado caro en relación calidad-precio, las mesas están abigarradas y es ruidoso. No indican el IVA en la carta por lo que los precios se incrementan. El servicio de mujeres estaba roto y había que pasar al de hombres. Para colmo por teléfono te dicen que puedes ir con carro de niño pero no te dejan pasarlo (se tiene que quedar en la entrada). No tienen tronas, ni alzadores.

Comida italiana aceptable. Platos fuera de carta recomendables. Excesivo interés comercial en las sugerencias. No justificado el cobro de 1 eur. Por el servicio mesa. Seria interesante la existencia de menú infantil.

La mejor valoración que puedo hacer es volver cada poco tiempo, descubriéndome siempre nuevos platos. La atención de su director así como la mano de su cocinero, hacen de este restaurante unas de las referencias de la sierra de Madrid

Es un restaurante acogedor, casa de montaña con muebles antiguos, en invierno con chimenea. La pizza es de buena calidad, la pasta muy rica, y la única pega es que en la pasta rellena desde hace un tiempo te ponen muy poca cantidad, y es una pena porque he proba platos muy ricos y originales. Trato muy bueno, reservar antes.

Siempre que hemos ido todo ha estado muy rico, el trato fenomenal. Lo único las mesas esta muy untas y si te toca ahora en invierno junto a la puerta pasas bastante frio.

Tenía reserva y aún así nos hicieron esperar más de 30 minutos. Una vez sentados, otra media hora de espera para que nos dieran las cartas, cuando nos quejamos al responsable, estuvo muy educado y amable y nos tomó nota de la comida y seguimos acumulando retrasos... En fin.... La comida no está mal... Pero el resto... Un desastre. No volveré.

Siempre que he comido ahí ha sido una comida muy buena y, sobre todo, muy bien atendido. Cabe destacar la lasanga, el queso de cabra, las verduras a la plancha, las pizzas, etc. Los vinos son de buena calidad, excelente proporción entre calidad y precio

Se come muy bien, las pizzas son estupendas y también las pastas, suelen tener uno o dos platos cada día fuera de carta y siempre te sorprenden. El servicio es muy atento sobre todo por parte del dueño, la amabilidad personificada, se ha convertido en nuestro restaurante del fin de semana.

Reservamos en este restaurante recomendados por unos amigos y para mi opinión todo fue perfecto. El local auténtico y super acogedor, las pizzas finísimas y muy ricas, la pasta con pinta de casera y en su punto, y los mejillones son en salsa marinera y los pedían casi todas las mesas (a mi me encantaron lo siento por otras opiniones pero no estoy para nada de acuerdo). El trato fue muy cordial y eso que fuimos con niños bastante moviditos. El espacio entre mesas es cierto que no es mucho pero estuvimos cómodos a pesar de que estaban todas ocupadas. El precio por persona fue de unos 18 euros, por lo que calidad/precio estuvo excelente. Sin duda volveremos pronto a ver si la chimenea ya esta encendida porque le debe dar un punto especial al local.