Restaurante: San Antonio

Comimos en una terracita rodeada de flores. Elegimos el menú degustación y era todo casero: las migas excelentes, el morteruelo exquisito y el moje, con los huevos camperos, inmejorable. El trato familiar y muy serviciales y el ambiente tranquilo. Les felicito.

Ni siquiera pudimos probar la comida porque nos trataron como a perros delante de todos los que había en la terraza. Nos sentamos en la terraza en una mesa pequeña pero juntamos otra porque íbamos una pareja con un niño de 4 años. Mi hijo, que es el niño del que hablo tiene un trastorno de desarrollo y a sus 4 años no mastica aún, así que yo me llevo su comida triturada a todas partes. Al energúmeno del dueño le debió molestar que llevara la comida de mi hijo porque no le salía rentable el servicio y nos habló como a perros, diciendo que no se podía ir así por la vida como íbamos nosotros juntando las mesas como de listos, y yo me pregunto por qué justo un rato antes nos había montado la mesa y no dijo nada? Justo antes de que yo sacara la comida de mi hijo. Vaya sin vergüenza!! Como puede haber gentuza así al frente de un negocio de hostelería?? Así que tengo que decir que en mi vida nos han hablado así y nos han tratado como basura en un restaura te y mira que hemos ido a sitios y repito yo siempre me llevo la comida de mi niño. En fin... Jamas volveré aquí y quiero que la gente sepa como trata este tipo a la gente que no le conviene o que no le sale rentable. Nos levantamos y nos fuimos a otro sitio claro, porque no somos de discutir pero es una auténtica vergüenza que lo sepa la gente.

El día 29 de diciembre del 2010, pasamos por tragacete camino de cuenca, con la intención de comer en el restaurante San Antonio, pues nos habían hablado bien de él, y sobre todo de su menú a base de setas. Nos atendió el dueño y nos recomendó algunos platos, desde el revoltillo de trompetas de la muerte, pasando por lor boletus edulis al horno y el gamo al horno con boletus , la verdad sea dicha fue una comida con la cual disfrutamos por su calidad y por la amabilidad y atención que nos dispensaron. Tanto es así que pensamos ir alguna vez cuando sea temporada de boletos edulis, para nosotros es un restaurante con una buena cocina en los menús basados en setas y que la esposa del dueño guisa con maestría. Tiene una buena carta de vinos y sus postres deliciosos. Su precio, un poco caro, es la única cosa negativa.

La verdad es que no puedo opinar sobre la comida del restaurante, ya que no nos dieron opción. Mi pareja y yo íbamos camino del nacimiento del rio Cuervo, pero pensamos que se nos hacia un poco tarde y decidimos parar a comer en Tragacete. Entramos en este restaurante porque su menú nos pareció interesante y a buen precio comparado con el resto de restaurantes del pueblo.

Entramos al restaurante a las 14:45, y nada más entrar pasamos unos minutos en mitad del salón sin que nadie nos pregunte qué queremos, después de esperar con Santa paciencia abordamos a una adolescente, que está ejerciendo de camarera sobre si nos pueden dar de comer, a lo que contesta que cree que no, porque solo tienen dos mesas y son de cuatro...

Insistimos con buenos modales en que hay dos mesas vacias y se va a preguntarle al que parecía su padre y dueño del local, y le pregunta que si puede colocarnos en una mesa de 4. Este sin siquiera levantar la cabeza para mirarnos dice que nos vayamos, que el restaurante está lleno, que en una mesa de 4 no coloca a 2. Todo esto refunfuñando y con muy mala cara. La chica vuelve de su conversación y nos dice que no tienen sitio. Entonces le preguntamos si sabe en cuanto tiempo se puede quedar libre una mesa de 2 y nos dice que es que eso no se sabe, que depende, y sin más explicación se va a servir otra mesa(¿?).

Pelín quemados pero con la paciencia que da el estar relajados y de vacaciones, esperamos en mitad del salón a ver si venía el dueño y nos daba alguna solución. Después de hacerse el remolón un buen rato atendiendo a mesas alejadas, al final tiene que pasar por nuestro lado para ir a la cocina, le decimos que queremos comer y pasa por nuestro lado esquivo y solo le podemos entender que en una mesa de 4 no coloca 2 porque no le sale de los *******

Quiero aclarar que mi pareja y yo somos personas de aspecto normal, cuarentones ambos, bien vestidos, y que en ningún momento le dimos motivo a este señor para que se comportase de esta manera. Además hay que tener en cuenta que las horas que eran daban que pensar que no entraría mucha más gente.
En fín, este tipo de personajes no deberían estar de cara al público atendiendo un servicio de hostelería, no quiero ni pensar como será el trato cuando le digas que la sopa está fría...

Te hacen la jugada con el menú del día porque a la hora de escoger el postre no te dicen cual es el del menú y después te pasan la factura diciendo que no entra en dicho menú ,así que ojo.