Restaurante: Sidreria la Muralla

Fui a comer con mi mujer en agosto de 2. 010. Llegamos sobre las 14 horas y había mesa libre aunque parecía que nos hacían un gran favor por admitirnos sin tener reserva previa. Primer plato fuentecita de ensalada de lechuga, tomate y cebolla a compartir, segundo plato costillas de cordero a la brasa y chuleton(cito) a la brasa, vino tinto enate crianza. Servicio muy lento, buena calidad, precio casi 100 euros. El restaurante al final se llenó pero la impresión era que la mayoría era gente de empresas que pagaba con tarjeta, (es decir no pagaban ellos). Vale como experiencia pero para no repetir.

El local se anuncia con el egolatra lema de "el restaurante mas caro de Cambrils". Es frecuentado por gente de "pasta", aunque mas bien tirando a snobs que quieren aparentar disfrutar de un restaurante donde los precios están altamente tarifados por lo aportado. La política del local se guía por "lo muy bueno debe pagarse muy caro"

Historia de la cena: reservo sábado por la noche por teléfono sobre las 22:30 preguntando hora de cierre de cocina y si es posible atendernos llegando como muy tarde a las 23 horas. No ponen pegas. Con puntualidad, llegamos al local y nos atiende el dueño (típico vasco campechano) poniendo cara de contradicción e indicando "joer que tarde llegáis". Le cuesta decidirse en si nos acepta o no (nosotros cara de circunstancias ya que media hora antes no había problema de aceptar reserva por teléfono)

Al final nos aceptan y nos meten en una mesa con buenos lamparones en el mantel. De primero, foie de oca congelado y calidad bastante regular sin ningún esmero de presentación y pulpo a la gallega aceptable pero en Cambrils hay mejor servidos y mas baratos. De segundo, lubina y dorada a la vizcaina aunque decir que es media dorada y media lubina al precio de 24 y 27 euros respectivamente. Calidad buena pero precio excesivo. La carta de vinos bastante extensa pero al pedir un Cresta Rosa curiosamente se les había acabado. Al pedir a la camarera un par de copas de vino grandes, nos contesta que el vino blanco se bebe en las copas que tenemos en la mesa. No nos ponen otras. Resumen; no dudo que en el local se dispensen buenos platos y comida de calidad, pero ni el precio, ni la atención del dueño y personal lo hace un restaurante para repetir o recomendar.

Hemos ido a Galicia, Salamanca, etc. y hemos probado las carnes de todos los sitios, pero coincidiendo con casi todos los que han ido a La Sidrería (así la llamamos entre nosotros), el chuletón no le tiene envidia a ningún otro restaurante. Se come de maravilla, aunque el precio en general se dispare ligeramente. Lo recomiendo a todos.

local con carne excepcional pero con aparato televisor y muchas veces con fútbol durante la cena. Local para amigos pero evitar compromisos, dispone de una buena carta de vinos