Una verdadera vergüenza. Nos han tratado con desprecio. Éramos muchos y estando todo vacío, no nos han dejado mover las mesas. Cuando he pedido que me calentasen el pure del niño, les ha parecido mal. Y al pedir una cucharita me dice el camarero “ven tu a por ella” y cuando voy le dice a su compañero... “ ahora quiere una cuchara el imbécil este”!! Éramos unos asiduos, pero visto el trato recibido, seguro que no volveremos y ni mucho menos lo recomendaremos.