Restaurante: Taberna Aragonesa

Ha sido la peor experiencia que he tenido nunca en un restaurante. El servicio pésimo. La comida de mediocre calidad. En la mesa de al lado sirvieron la carne saltándose el primer plato. Los de la mesa de detrás se marcharon de tanto esperar. A nosotros nos sirvieron el primer plato a las dos y cuarto y decidimos irnos a las cuatro cansados de esperar por el segundo. No sin antes insistir al camarero que lo único que hacía era dar vueltas como pollo sin cabeza. No lo recomiendo y no pienso volver.

Falta más atención al cliente. Buena ubicación, enfrente del cine. Creo que les falta formación a los camareros y parece que la igp ternasco de aragón les apoya dado los grandes carteles publicitarios que pone en el bar asociados a los pastores, corderos de raza aragonesa, pastores, oviaragón, etc. Pero la verdad es que los bocadillos de ternasco a siete euros no nos gustaron, quizás porque nuestras expectativas eran de alta bocatería o algo así. La gente tenía prisa para ir al cine después pero no eran atendidos eficazmente y con la rapidez que demandaban. Los camareros hablaban entre ellos y ni miraban a los pocos clientes que había. Los precios son caros en razón a la calidad que ofrecen. Parece un comedor típico de gastronomía aragonesa pero salvo el ternasco no vi nada de Aragón. Es un lugar poco acogedor con las mesas muy juntas, aunque nunca lo he visto con mucha gente por lo que puedes sentarte lejos de otros clientes. Lo mejor la brasería pero creo que tienen mucho que mejorar en la atención al cliente. Está casi siempre mucho más vacío que el resto de restaurantes cercanos de plaza imperial, imagino que porque el resto de restaurantes tienen mejor precio, no lo sé. Es una lástima que el turista elija este restaurante por ser típico aragonés y que en algunos casos no cumplan sus expectativas porque pueden llevarse una mala imagen del ternasco y de aragón.

Fui a comer este finde semana con mi pareja. Pedimos el menú, y fue asqueroso. Paella reseca, tallarines negruzcos y frios... Pero sin duda lo peor es el servicio, no tratan bien a sus clientes. Estaban unos 6 en cocina y 3 sirviendo a unas 15 mesas y no se enteraban de nada. Había una mujer rubia que la debían de tener para organizar y también servia mesas, muy muy muy desagradable, digamos que te tiraba en plato en la mesa.... Ni un que aproveche ni nada, le pedimos la cuenta y paso de nosotros. Resulta que no te traen la cuenta ala mesa, te tienes que levantar e ir a la barra y pedirla allí, ni nos dijeron si queríamos cafés ni nada. Vamos un descontrol de restaurante.... Lo de la comida ya para que hablar, teníamos al lado a una mesa que no comieron nada de nada y ni siquiera preguntaron el porqué no comían nada, pero bien que les cobraron. Una vergüenza de sitio. No os aconsejo para nada que vayáis a este sitio, si lo habéis visto ya os imaginaréis porque casi nunca tienen gente. O hacen un cambio radical o no creo que duren mucho tiempo. Ah! Y que a la camarera esa la echen ya ala calle!! No puede ser que habiendo buenos profesionales en el paro, tengáis a gente así.

Comida del día del pilar 2014. Aforo ocupado la mitad del local más o menos cuando llegamos. Después de estar media hora sentados nos toman nota. El arroz caldoso con bogavante es ahora arroz tipo paella con bogavante. Pasado el arroz. Una hora preguntamos por el segundo plato. No se sabe donde está, no se había pedido. Al rato lo traen, los jarretes no son asados, son cocidos sin más con una salsa de tomate malo por encima y el de la barra pone con la mano las patatas fritas a la vista de todo el mundo. Incomestible. Las torrijas de postre secas y duras, el vino tinto lo ponen frío. En general todo muy malo, la comida mala y el servicio peor. Yo no vuelvo.