Restaurante: Taberna La Concha

Comida malísima, dueño muy mal educado y caradura, lo que no entiendo como puede seguir abierto ese antro.

Servicio, atención y modales pésimos. Entramos a comer séis personas, el 29/05/2017, cinco de nosotros pedimos menú, los primeros vienen con algo de tardanza, pero dentro de un tiempo, de los segundos nos sirven tres, al rato largo, una hora, de reloj, de pedir la comanda de la sexta persona, que era "filete a la marismeña", nos dicen que no hay carne. Los dos segundos restantes, siguen sin venir. La camarera nos pide mil escusas, muy correctamente. Solicitamos ver al dueño, viene el padre de muy malos modos, después de una tensa discusión, pedimos la hoja de reclamaciones, que nos niega al no querer hacer frente al pago. Nos vamos al cuartel de la guardia civil, al volver con los agentes hacemos el pago y rellenamos la hoja, ambas partes. Son requeridos por la autoridad a darnos el ticket correspondiente, pero al comprobar que la fecha que aparece no es la real, nos rellenan uno a mano. Como la visibilidad no es buena en el local, y nuestra vista tampoco, no terminamos de leer sus observaciones hasta llega a nuestro alojamiento. Para nuestro asombro los culpables de todo fuimos nosotros, y la demora fue causada por la rotura de una tubería de agua, que según ellos comunicaron a todos los clientes, con el beneplácito de todos, salvo el nuestro.

Horrible todo. No lo recomendaria a nadie. Existe por el sitio donde esta ubicado, no creo que vuelva nunca.

Es malísima la taberna qué pena de negocio que lo lleva una persona torpe y mal educado. El chef de cocina alberto chicote demasiado aguantó. Yo soy camarero y decir a todos los españoles que chicote es un tío de muy buen corazón y un gran profesional.

Desde el momento que entras a la taberna y te sientas en la mesa parece que estás siendo observado, pero observado de decir: “a ver que piden para que se vayan pronto". Entro con mi chica y tardan en atendernos, casi 15 minutos de espera ¡y solo tenían 3 mesas! Bien, pedimos los refrescos y algo de picoteo: las croquetas caseras y media ración de calamares. Tardaron para eso media hora, en traernos refrescos y las croquetas y calamares. Las croquetas no están malas pero las he comido mejores, lo que pasa que las mejores que he comido caseras son de notable a sobresaliente y las de la concha son de suficiente justo. ¿y los calamares? Pues que perdieron el rebozado en el plato. Tras eso, pues picamos poco y teníamos hambre mi chica y yo y claro, pues como domingo que era pues pedimos una paella... Y maldita sea la hora que pedimos la paella. Paella precalentada de microondas y con sabor extra a limón, más mala imposible. Aviso a uno de los camareros para decirle si la paella era hecha del día y fue a preguntar a cocina y vuelve a mi mesa y me dice que si. Pues yo me levanto de la mesa y mi chica también, ella probó una cucharada de la paella igual que yo y fui a pedir la hoja de reclamaciones para poner y denunciar que se engaña al cliente ¡y menuda se lió! ¡nos tachó el calvo ese alto con gafas a mi novia y a mi de sinvergüenzas! Nos fuimos sin pagar pero con la hoja de reclamaciones llena, y nos fuimos sin pagar porque había un policía de secreta tomándose una cerveza y vio la situación y nos dijo a mi chica y a mi que nos fuéramos a una taberna distinta. Calidad no hay, trato al cliente demasiado justo y lo mejor que tiene es que hay puerta de salida.