La comida bastante buena, tampoco tiene mucho merito ya que es una franquicia de una hamburguesería. Recibe todos los productos y no veo la dificultad en freír unas patatas, pasar por la plancha la hamburguesa y colocar en un cierto orden los ingredientes. Sin lugar a dudas lo mejor que tiene es el decorado del local, ya que es algo poco común en Madrid. El servicio es pésimo, hoy hemos ido a comer, cuando hemos preguntado por una mesa para dos, nos han dicho que serían 15 minutos lo que nos parecía razonable por lo que nos quedamos y nos tomamos una cerveza, finalmente tras 50 minutos nos dan la mesa. Al minuto de pedir han traído las patatas y los refrescos, después han tardado más de 30 minutos en decirnos que habían perdido nuestra orden, por lo que imaginaros como estaban las patatas cuando han llegado las hamburguesas…y para terminar hemos tenido que pedir tres veces la cuenta. Y tras este trato espectacular han sido incapaces de invitarnos a un triste refresco.