Mala organización en sala: nos sentaron en la mesa equivocada, por lo que, después de acomodarnos, nos hicieron levantarnos, a pesar de haber reservado mesa con bastante antelación. Nos tomaron nota a los tres cuarto de hora... Atendieron antes a 3 mesas que habían llegado después de la nuestra... Después de que mi marido se levantase dos veces a pedir por favor que nos tomasen nota, llegó el señor jefe de sala o lo que fuese y por fin apuntó la comanda. Comida: los entrantes dejaron bastante que desear. Pedimos lo más llano del mundo: una ensalada de la casa y unas croquetas. La ensalada con lechuga de plástico y las croquetas... Que no me digan que eran caseras, porque no me lo creo. Los platos principales estaban buenos, no puedo decir lo contrario, pero vamos... Que para lo que cobran... Ya se podría esmerar más con la presentación y las guarniciones. Resumen: no es nada del otro mundo. Cualquier restaurante de pueblo, de confianza te trata mejor sin conocerte de nada. La atención bastante deficiente, el camarero pasa por tu lado y ni te mira... En fin... Una decepción. No lo recomiendo para nada.