Ir a la vieja roma es una pasada. Recupera el valor de lo auténtico, de lo sencillo, de lo casero, de lo que verdaderamente importa. Comida italiana con fundamento, ecologica ( en todas las pizzerias que he comido dentro y fuera de España, no he encontrado otra igual). Trato excelente y familiar, como si estuvieras con amigos de siempre. En un local sencillo y entrañable, de toda la vida. Os enganchará.