Restaurante: Viridiana

La comida sigue siendo muy cuidada, incluso exquisita y realmente el producto está muy bien tratado, pero la sala adolece de exceso de contacto entre mesas, hasta el punto de que participas de las conversaciones ajenas (esto no es nuevo). El servicio muy poco cuidado, exceso de nerviosismo y desde luego lejos del precio que uno paga por las cosas. La carta de vinos es una emboscada, no puede ser que el vino más barato sea un muga crianza a 47€ la botella cuando su precio en tienda está alrededor de 14€, pero lo grave es que encima su temperatura no era la adecuada. Abraham, gran comunicador nos deleitó con la descipción de los platos fuera de carta, pero fue todo poco creible cuando al solicitarle que nos recomendara él los entrantes nos remitió a sus compañeros de sala. Señores en estos restaurantes el cliente debe sentirse cuidado y protagonista y no un mero usuario de tarjeta de crédito, las cosas bien hechas bien parecen y estropear una cocina como esa con estos detalles es una enorme pena.

Un absoluto robo, más caro que zalacaín y no tiene ni color. Cuatro personas sin vino ni postre y compartiendo entre los cuatro el primer plato 300 euros, Cerrará muy pronto, estaba vacío

Decepcionante. Excesivamente caro. La comida muy normal, incluso platos recomendados por el chef. No me esperaba una ensalada de tomate malo y congelado en un restaurante de 100 euros por persona. Por mucho menos he comido mucho mejor. Los postres empalagosos y los platos de carnes están tan aderezados que ni siquiera sabes que carne es la que estás comiendo. No volveré.

No me ha gustado. Me parece un restaurante algo pasadillo de moda. La comida no está mal pero nada imaginativa. El gazpacho de fresón es algo que fácilmente puedes prepararte en casa y el pez mantequilla curioso, no por como estaba preparado, nunca lo había comido. Los postres me resultaron empalagosillos pero no soy muy de dulce. Lo que más me gustó es un té que nos prepararon al final.

El sábado día 14 estuvimos cuatro personas comiendo en este restaurante. Pensábamos que la comida iba a ser una fiesta. Os diré que es un restaurante en el que la comida es de una vulgaridad inaudita. Utilizan materia prima de lo más barata. No puedes cobrar 115 por persona y dar lentejas (vulgarísimas, gazpacho, cerdo, pulpo... ) y dar algo similar a lo que te dan en el menú del día de un restaurante de medio pelo. Lo mejor de la comida unos vinos de israel. Los postres excesivamente dulces. Mi madre me dijo que en el restaurante montepríncipe, un restaurante no tan caro al que vamos alguna vez, se como infinitamente mejor. En alguna crítica he leído que viridiana no tiene nada que envidiar a los restaurantes con estrellas michelín. He comido en coque (Madrid), victor gutierrez (Salamanca), el rincón de Antonio (zamora, casa marcelo (santiago de compostela) y le voy a hacer el favor a este caballero (abraham garcía) de decirle que cualquiera de los restaurantes citados no se pueden comparar con el suyo porque una cosa es echar de comer y otra hacer que los que van a tu restaurante tengan una experiencia. No nos gustó a ninguno de los que íbamos. He de decir que el restaurante no se llenó en ningún momento a pesar de ser un día en el que la gente sale a comer.