Un restaurante estupendo. Buena calidad, presentación de los platos, cantidades, muy atentos, servicio rápido.
Un restaurante estupendo. Buena calidad, presentación de los platos, cantidades, muy atentos, servicio rápido.
Extraordinaria experiencia gastronómica!!! Estuvimos en otros excelentes restaurantes ( arzak, akelare, mugaritz, berazategui, sin embargo, azurmendi que fue el último que visitamos ha sido el broche de oro de nuestro recorrido gastronómico. Comida exquisita, de una sutileza excepcional para los sentidos, el servicio tan personalizado que le hacen sentir a uno como alguien muy especial. Felices de haber estado allí, por mucho el número uno en mi lista...!!!
Estuvo bien, pero no entiendo que si tengo que pagar el vino porque no entra en el menú no tengan una carta de vinos y tuvimos que tomar txakoli porque no había nada de variedad para elegir, para mi es un punto importante a tener en cuenta, porque aunque tomemos un menú de precio reducido el vino nos gusta que podamos elegir
Nos gusto... Pero esperábamos más de un tres estrellas.. Las cantidades eran suficientes. El pulpo con poco sabor y la carne muy normal como en cualquier restaurante. En el páis vasco se come muy bien en casi todos los sitios la verdad es que salimos un poco decepcionados.
Nos costó un poco llegar a él pero ya nos dijeron en el mismo restaurante que no era problema de ellos el tema de la señalizacion ( perdonados). El restaurante es amplio, luminoso... Sin excesiva decoración. El personal muy atento, muy agradable. En cuanto a la comida esperábamos algo más original aunque estaba todo muy bueno.
Excelente relación calidad precio, cocina sofisticada sin recargos y trato amable. Muy recomendable para cualquier situación
La atención del personal muy buena, platos originales y con una presentación impecable. También me parece importante que varios productos que luego se utilizan para preparar los platos sean propios y producidos con las condiciones ideales de temperatura y humedad habilitadas con un programa informático.
Hemos estado en el restaurante gastronómico. Un espectáculo que te reconcilia con la cocina de autor. Después de que eneko atza, oso jatorra, nos enseñara su cocina, hemos vuelto al vestíbulo donde, entre el rumor de las fuentes nos han ofrecido un mini picnic, divertidísimo, para empezar a jugar con los sentidos. En la sala los platos se iban sucediendo al ritmo perfecto de un servicio impecable. Una yema trufada que te hacía cerrar los ojos, los raviolis de vaca que condensaban exquisitamente los sabores de una buena alubiada, una huerta en miniatura en tu plato te hace disfrutar de cada "palada" con el sabor sutil de cada verdura que vas encontrando en aquella tierra de remolacha y salmorejo. Pedimos el menú erroak, y seguramente me acordaré de lo ricos que podrían haber estado aquellos chipirones, la ostra, los salmonetes o el pichón, pero de lo que también estoy seguro es de que no olvidaré jamás ese bogavante; ese momento genial en que levantan la bombilla de humo y aparece el bogavante entre la niebla y las volutas de humo de té rodean tu mesa con misticismo. Delicioso el sabor, estuve a punto de levantarme y aplaudir. El juego del marmitako y el bonito marinado, que habían de comerse con útiles de quirófano, resultó igualmente placentero. El cochinillo venía acompañado de un centro de mesa aromático con los olores del bosque, un vapor de agua helada generado con hielo seco que te situaba inmediatamente en uno de los bosques de la zona viendo alimentarse a aquel cochino que ahora se presenta tierno, con piel crujiente, jugoso y lleno de sabor. Las nueces de verdura con aspecto de mantequilla eran un complemento fresco ideal. El postre ha sido otra delicia, con helado de turrón, flan de café y leche en espuma y en piedra. Divertidísimo como toda la comida. Llevaba algún tiempo huyendo de la cocina de autor por el aburrimiento que me provocaba y hoy he vuelto a disfrutar como un niño. He tenido que gastarme un poco más de dinero, pero ha merecido la pena.
Empezamos: nos reciben muy gratamente con un vaso de agua ¿?, en ningún momento nos dieron a elegir entre menú o carta. Realizaba las funciones de maître una chica con piercings vestida de cocinera.
En el prêt a porter de azurmendi que el menú cuesta 36 euros + IVA no hay carta, se trata de un menú que cambia cada día y adaptado a los tiempos de crisis que vivimos, para la gente que quiera degustar alta cocina.
Sitio tranquilo, con buenas vistas, es un restaurante de ensueño, temperatura optima, platos de diseño y de exhibición, pero no es un restaurante para bodas: pasas hambre, los camareros te miran y comentan entre ellos cuando repites cerveza en la comida, si has ido al baño, te retiran el plato, y el café entero lo mismo. En definitiva un restaurante prefabricado para obtener 2 estrellas, pero no se lo recomiendo a nadie. Hay varios restaurantes mejores para comer y en lo referente al trato:kate zaharra, boroa, goiuria. Anton y un largo ecetera
Comida excelente servicio muy bueno entorno inolvidable los comedores son muy acogedores nosotros estuvimos en de vistas hacia el campo y la cafetería muy amplia y acogedora en consonancia con el resto del complejo.
Estuvimos la semana pasada en el restaurante azurmendi por primera vez. Una grata sorpresa la verdad. Las mesas muy espaciosas, una carta con dos menús degustación diferentes. La carta de vinos se encuentra a la altura de la cocina. Tomamos el menú degustación quedando impresionados con muchos de los platos, muy fantasiosos pero con un sabor intenso cada uno de ellos. La gente de la sala muy agradable y te explican todo. Preguntamos por el chef eneko atxa y nos lo presentaron, nos pareció muy cercano. Toda una experiencia, lo recomendaría sin lugar a dudas.
He visitado 2 veces este restaurante, con impresiones muy diferentes. Hace 1 año disfrute como un enano de un menú ejecutivo, sorprendente, exquisito, servido con esmero en un comedor acogedor. Me quedé con el gusanillo de volver. Hoy he vuelto, animando a unos amigos, pero he salido bastante defraudado. - nos han ubicado en una sala pequeña, junto a una celebración de 50 comensales (mucho ruido... ) - el menú bertako con muchos altibajos: kokotxas del montón (al menos las mías)., raciones exiguas, rozando la ridiculez (el postre de castañas consiste, exactamente en 1 castaña confitada y 1 asada). Muy buenos el bogavante y el cordero. - servicio muy de andar por casa. (problemas, hasta para servir el pan con cuchara y tenedor) soy de la opinión que ciertos detalles no son admisibles, y hay que estar al nivel, no solo en la factura. Comentario: al preguntar antes de los cafés por como había ido todo, y decirles que un poco justos en las cantidades, nos han ofrecido muy amablemente unas tostadas (que estaban exquisitas, eso si). ¿bonito detalle? No, cobradas religiosamente. Feo detalle para una factura de más de 1000€...
Estuvimos el sábado pasado y os puedo decir que nos encanto. Los platos son diferentes a lo que estábamos acostumbrados. Cocina elaborada combinada con diferentes sabores. Nos lo pasamos genial y disfrutamos muchísimo. Es cocina moderna con un montón de sabores diferentes. Las raciones no son grandes, pero te quedas muy bien. Los postres ni te cuento, exquisito; si queréis probar algo diferente y queréis daros un capricho os lo recomiendo a tope. Yo me lo pase genial¡¡ Por cierto el comedor que nos tocó muy acogedor. El sitio es muy chulo.
Hemos cenado bastantes sábados, y es uno de nuestros restaurantes favoritos. Está cerca de Bilbao. El restaurante es muy bonito, el edificio es muy grande y espacioso, desde abajo llama la atención, cuando estás en él es más bonito de lo que parecía.
Para las cenas hay dos comedores, quizá el más bonito sea el que tiene los ventanales que dan al txorierri. Las mesas son grandes, aunque vayas solamente dos personas, y hay el espacio suficiente entre ellas, como para no sentir que estás con más personas.Estan puestas con mucho gusto, y todo, mantelería, cubertería etc.. está perfecto.
El servicio es estupendo, no te sientes agobiado y son muy agradables, cuando entras en el comedor, normalmente te dejan elegir la mesa.
A nosotros nos gusta la nueva cocina vasca, plato grande y comida para degustar, aunque no nos quedamos con hambre.
Los detalles del comienzo estan bien, los panes son muy ricos. La carta de vinos nos resulta suficiente. Hasta tiene una carta para cafés e infusiones. Siempre hemos salido a gusto y relajados.
Nos gusta llevar a amigos para que lo conozcan. En relación calidad precio, la calidad estupenda, el precio no es de los baratos.