Al menos desde que se inauguró, en el chalet pequeño que existe en la esquina anterior a su actual ubicación, más de 10 años, he asistido, con amigos, familiares (con y sin niños) y me encuentro muy agusto, por su atención, educación, profesionalidad, y de la comida no se puede describir, la calidad, presentación y cocinado. En cuanto al precio, por todo lo expuesto anteriormente, no puede ser barato, pero tampoco es excesivamente caro. Al menos una vez al mes, acudo con mi esposa. No entiendo las opiniones contrarias de algunas personas, habría que saber a que están acostrumbrados, de todas formas, para eso están colores, a cada persona le gusta uno. Seguiré acudiendo.