En este restaurante deben tener la costumbre de servir los platos fríos, ya que a nosotros nos paso lo mismo. Fuimos una noche a cenar, como último recurso, ya que eran fiestas y la mayoría de restaurantes estaban cerrados. Preguntamos si tenían mesa para 6 y nos dijeron que no había ningún problema, rápidamente nos pasaron al salón. No fueron tan rápidos en venir a tomar nota, ya que estuvimos esperando 0. 45 minutos, no nos ofrecieron ni las bebidas!!! Después de la larga espera traen dos platos, al cabo del rato otros tres y cuando ya todos habíamos acabado de cenar (ya que no podíamos esperarnos a tener todos el plato en la mesa porque estaban casi fríos) se dignaron a traer el palto que quedaba, por supuesto frío también. Le comunicamos a la responsable del local, Cristina creo que es su nombre, que no estábamos nada contentos con el servicio recibido y en lugar de intentar que saliéramos medianamente contentos nos hizo enfurecer mucho más su actitud pasiva, era como estuviera acostumbrada a las quejas de sus clientes. Este restaurante esta perdiendo muchísimo, basta con mirar la poca clientela que tienen los fines de semana, cuando los restaurantes de alrededor están a tope.