Es una decepción tener que comer allí porque es el único sitio más cercano del monasterio, porque el otro restaurante estaba cerrado y la otra opción era salirnos del recinto e ir al pueblo de al lado. Fuimos cuatro personas y tanto en el primer plato, como en el segundo y también en el postre, nos dejamos cada uno la mitad de la comida. Si le pasara a uno o a dos de nosotros, bueno, pero que a los cuatro.... Ya es triste. Entre que nos trajeron el arroz medio frío, la trucha del río piedra era una trucha asalmonada que las que compramos en un super están iguales, el postre todo comprado fuera, pero esto no sería un problema si fueran cosas aceptables, pero cuando te traen algo que te lo dejas allí casi entero.... Y para terminar nos tiran la cuenta encima del pan.... Parece de chiste, pero es muy triste. Desde luego, la próxima vez iré a otro restaurante aunque tenga que bajar hasta el pueblo y subir nuevamente. Me dio la sensación que nos trataron peor que en una cantina de pobres y pagando. Ese cuidado por cada cliente que tengas, que te importe que se sienta bien, que por lo menos al ver los platos con la mitad de la comida allí que preguntaran si ha pasado algo etc... Faltaban por completo. Así que a mis amigos y conocidos ya les estoy advirtiendo. Y seguramente volveré, ya que hay familiares y amigos que querrán visitar el monasterio de piedra, que es un sitio espectacular, pero que es una pena que uno se vaya con este mal recuerdo del restaurante.