Desgraciadamente la experiencia no fue ni mucho menos como esperaba. Para empezar, teniendo una carta cortita, pero que tampoco tiene que ser tan extensa, no tenían nada de lo que pedimos, de los dos entrantes ni pate, ni tosta de los arrieros, intentamos otra vez al rato y pedimos revuelto de espárragos trigueros, tampoco. A final conseguimos comer algo de entrante y pedimos de plato solomillo ibérico y ya fue el remate cuando se acercó la encargada, porque la camarera la pobre ya no se atrevió, y nos comento que tampoco había. Vamos que al final comimos lo que ellos quisieron. También comentar que es caro para la cantidad y calidad de las raciones, además de que te cobren por una copa de vino de la casa sin mucha historio 3€. Tendrán el nombre, de que es conocido y se lo habrán ganado, pero están algo subidos y reservando el día anterior como hice, no es de recibo que le falte la mitad de la carta. Como sigan haciendo las cosas así, me pega que van a perder muchos clientes.