Todo lo malo que pudiera decir sería poco. Pago por comer, no pido limosna. Si no les gusta su trabajo, no me quieren atender o les parezco feo no me permitan acceder al comedor. Pero pagar por un servicio tan lamentable no. Ustedes no me hacen un favor a mi. No volveré ni hablaré bien de este sitio nunca, me han fastidiado varias veces hasta que me he enterado de lo que pasaba. Prefiero comprar una barra de pan y cien gramos de chorizo que volver a poner un pié dentro.
Pues que pena, porque hasta hace bien poco, se comía muy bien y el trato también era bueno, pero al parecer están en tramites de traspasar el local, será eso lo que te contaron y por lo que quizás de rebote pagaste el pato, pero en serio que no es lo habitual en ellos, aunque evidentemente no tendrías que ser tu el que pagase los platos rotos...