Reservé en este restaurante el pasado martes porque varias personas así me lo recomendaron. Dada mi predilección por el arroz, elegí como plato principal un arroz caldoso con carabineros. Previamente pedimos unos mejillones, que prácticamente se salían de la concha y un carpaccio de cigalas de gran calidad. Ambas entradas resultaron satsifactorias y el arroz fue de los mejores que he probado, dentro de los arroces gallegos. Cabe destacar la abundante ración del mismo, ya que, con dos raciones comimos tres, y la camarera, con buen criterio, nos dispuso de un tupper con el arroz restante. En definitiva, un lugar familiar, con buen clima de trabajo donde se puede comer a buen precio y disfrutando de la comida clásica gallega